Charlène de Mónaco asiste a las muchas informaciones que se publican sobre ella y sobre el estado de su matrimonio con Alberto, con la misma discreción y mirada baja con la que vive.
Pero esta vez, la princesa monegasca se ha enfadado bastante y ha respondido a los rumores y datos, tratando de ser contundente sobre su papel de consorte. Lo ha hecho a su regreso de Sudáfrica, su país, donde asistió en solitario a un acto de su fundación, pues su marido no la pudo acompañar esta. Alberto, además, participó en el Oktober Fest de Munich junto a su exnovia y madre de su hijo Alexandre, Nicole.
En Sudáfrica, ya se refirió a sí misma y a la imagen de distancia que produce siempre su presencia, con resquemor: "Si hay mil fotos mías en un evento, eligen una en la que estoy mirando hacia abajo o sin sonreír, y luego dicen que parezco incómoda o infeliz", subrayó molesta.
Allí tuvo que oír un nuevo rumor sobre que no regresaría a Mónaco, sino que permanecería en su país, extremo que desmintió en cuanto llegó a Mónaco.
Charlène participó en un acto de la asociación Amicale de Mónaco. Una reunión que tuvo lugar en la Place d´Armes, uno de los puntos neurálgicos de la Roca, y en la que la princesa pudo departir con los mayores de la zona. Habló entonces ante un único medio acreditado para dejar claro que no se quedaba en Sudáfrica y que su sitio está en Mónaco.
Así, ante las cámaras de News24 afirmó rotunda: "Todo está bien en nuestro matrimonio. ¡Los rumores me parecen agotadores! No puedo entender de dónde vienen. Me parece como si ciertos medios o personas quisieran vernos separarnos".
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